Peter Novick es un ingeniero de sistemas ya retirado que ahora dedica gran parte de su tiempo al área de dirección del equipo de subvenciones de la Fundación Prem Rawat (TPRF por sus siglas en inglés). Peter proporciona cobertura de procedimiento en el área de subvenciones de Ayuda Humanitaria. Además de otras responsabilidades, ayuda a mantener el programa de subvenciones en la línea de trabajo de la Fundación y de sus objetivos estratégicos mientras que dirige y coordina la labor de los supervisores de subvenciones y de los directores del área de subvenciones individuales.
El 31 de agosto, Peter asistió a un evento único en Washington, para recaudar fondos y sensibilizar sobre la necesidad de suministro de agua potable en el Cuerno de África. Peter, como invitado bloguero, nos ofrece una singular “aproximación personal” a la visión de dos asociados de la TPRF que están involucrados en las iniciativas para suministrar agua potable en esa zona, así como al impacto de la participación de la Fundación en la campaña.
Quería comentar sobre la maravillosa tarde que pasé en el International Relief and Development (IRD por sus siglas en inglés) (www.ird.org) (Desarrollo y Ayuda Internacional) en la reunión social del pasado mes. Un apetecible bar -especializado en vinos- en la capital Washington dotó de un agradable y exclusivo escenario para el evento. Tengo la suerte de residir en Bethesda, Maryland, a tan solo 30-45 minutos de algunos de nuestros actuales y eventuales asociados de la Fundación.
Bajo el nombre de “Amigos y Filantropía”, el propósito del evento era sensibilizar sobre la carencia de agua potable en el Cuerno de África. La Fundación ha otorgado recientemente una aportación de 25.000 dólares estadounidenses a la IRD para respaldar esta iniciativa. La misión de la IRD es mitigar el sufrimiento de las comunidades en el mundo más vulnerables y proveerles de las herramientas y recursos necesarios para la autosuficiencia.
Daniel Puls es el director de fomento de la IRD. Dan me tomó bajo su tutela desde el momento en que llegué al evento. No pude tener un anfitrión más cortés. La mayoría de los invitados eran parte del personal o patrocinadores de la IRD, y Dan me presentó a muchos de ellos.
PRESENTACIONES
Me presentaron a Arthur B. Keyes Jr., presidente y ejecutivo jefe de la IRD. De hecho, Dan animó al Sr. Keyes a que se uniera a nosotros en el juego de las bochas, quien cortésmente declinó la invitación. Dan y yo jugamos en el mismo equipo contra su adorable hija de él y el novio de ella, ambos, estudiantes de la Universidad de Georgetown. Finalmente perdimos -aunque por muy poca diferencia- pero nos divertimos mucho.
Estuve cerca de 20 minutos conversando con Adam Koons, director del departamento de ayuda, quien tenía planeado viajar a Etiopía en uno o dos días. También tuve la oportunidad de encontrarme con Jeffrey Grieco, jefe de comunicaciones. Jason Matechek, del consejo general, Amy Brauner, que ayudó a Dan con nuestra aportación, y muchos otros. La gente de la IRD y sus patrocinadores me acogieron de una forma inusualmente cálida, notable, culta, entregada, inspiradora, sin alardes y divertida.
Dan me presentó a Andrew Koval, presidente y ejecutivo jefe de MedPharm, compañía farmacéutica que produce medicamentos genéricos de alta calidad y productos para el cuidado de la salud, que ofrece con importantes descuentos a agencias gubernamentales, a ONG, agencias no gubernamentales de ayuda y desarrollo, a las Naciones Unidas y a otras organizaciones internacionales. La compañía del Sr. Koval donó millones de dólares en suministros médicos a la IRD. Y me invitó a un encuentro cuando lo deseara.
Me sorprendió que mucha gente señalara la importancia de la aportación ofrecida por la TPRF a la IRD. Y lo aprecié, desde luego, pero declaré que nuestra aportación de 25.000 dólares era una parte pequeña de su presupuesto, consistente en cientos de millones. Dan, Adam y otros me explicaron que fundaciones como la TPRF proveen de importes fundamentales -rápidos, flexibles y tempranos- que hacen que proyectos importantes puedan ponerse en marcha. Sumas más importantes requieren de más burocracia, llevan más tiempo y son menos flexibles. Cuando las principales fuentes de patrocinio ven que fundaciones como la suya ha comenzado la labor, gestionan sus donativos para asegurar la continuidad.