El agua potable es un ingrediente esencial para una vida saludable. Una de cada ocho personas vive en el mundo sin ella. El problema afecta sobre todo a algunos países de África. Tanzania esta situado en su costa este. A pesar de que el país está rodeado por tres de los mayores lagos del continente, muchas áreas padecen grandes sequías y tienen escasas oportunidades para la agricultura.
Menos de la mitad de su población de 39 millones, dispone de agua corriente para sus necesidades sanitarias. Tan solo el 62% de la población cuenta con pozos de agua potable. Mujeres y niños emplean, de media, dos horas diarias en conseguir y transportar el agua. En algunas zonas rurales, las caminatas pueden durar entre seis y siete horas.
La Fundación Prem Rawat, ha trabajado durante muchos años junto a WaterAid para ayudar a que la gente en cualquier país alrededor del mundo pueda disponer de agua para beber y cubrir sus necesidades sanitarias. En 2010-2011, la TPRF donó $25.000 dólares a WaterAid para su proyecto de mejora de las condiciones en Tanzania. Los siguientes extractos ilustran que el esfuerzo realizado ha producido un cambio radical en la pequeña población de Kibiagwa.
Visitamos Kibaigwa para analizar los diferentes puntos de vista acerca del suministro del agua y determinar el beneficio a largo plazo del programa. Kibaigwa, situada al este de Dodoma, tiene una población que sobrepasa los 260.000 habitantes y es uno de los emplazamientos con mayor crecimiento demográfico. Kibaigwa está rodeada por una fértil tierra ideal para el cultivo de manís, girasoles y maíz, siendo el principale suministrador al este de África.
WaterAid, en colaboración con el gobierno local, ayudaron a implementar el suministro de agua y el proyecto sanitario en Kibaigwa desde 1998 hasta 2000. Es algo asombroso ver cómo el programa ha crecido después de diez años. Para asegurar que el proyecto tuviera continuidad, fue de suma importancia una gestión que permitiera el mantenimiento y la mejora en el futuro. WaterAid organizó y supervisó la formación, capacitación y el registro de un consejo administrativo para gestionar el programa de una forma sostenible y sin beneficios personales.
Desde el comienzo del proyecto de WaterAid en Kibaigwa, el consejo ha extendido la red de agua potable incrementando el número de tomas de agua, de 24 a 46, y las conexiones individuales de 3 a 339, también ha creado un nuevo pozo de sondeo instalando una nueva bomba. Como resultado, el suministro de agua es ahora más eficiente y permanece en funcionamiento las 24 horas al día. El pago por su uso es también más eficaz ya que las tomas disponen de contadores de consumo. Además, hay nuevas regulaciones que prohíben lavar materiales en las tomas de agua ya que es una práctica nociva para el medio ambiente y desperdicia el agua.
Debido al aumento de los ingresos, la junta ha podido financiar la construcción de aulas nuevas y una instalación médica ambulatoria. Los servicios de salud y prestaciones sociales, como escuelas y clínicas, están ahora subvencionados. Estos servicios incluyen el suministro de 40 litros de agua sin cargo, por día, para aquellas personas afectadas con el VIH. Estas mejoras han hecho posible que se pueda suministrar agua incluso a poblaciones cercanas como la de Kinangali.
El programa de agua potable ha llegado a ser un modelo a seguir para muchos grupos comunitarios de la zona. Un ingeniero hidráulico y su secretario administrativo de la región de Dodoma, dijeron recientemente, “Este programa ha unido a los beneficiarios con el propio servicio… En Kibaigwua, una gota de agua es tenida en cuenta por cada habitante y cualquier fuga es inmediatamente notificada”.











