Los presos portugueses se suman a la Educación para la Paz

Ana Margarida Seixas es una profesora retirada que, junto con otros dos voluntarios, ha presentado el Programa de Educación para la Paz (PEP) en dos prisiones del norte de Portugal. Esta es una breve crónica de sus actividades en uno de esos centros penitenciarios. Los nombres de las prisiones se han omitidos por expresa petición.

En octubre de 2015, por recomendación de otro centro penitenciario que había tenido éxito con el programa, fuimos invitados a presentar el PEP a los reclusos en una prisión del norte de Portugal. La prisión tiene capacidad para 300 internos y se divide en tres alas. La primera, con un campo adyacente, alberga a los internos que trabajan en la granja de la prisión.

500px Photo ID: 138241599 - First Spring signs, January 30th.Con una gran hospitalidad, la directora a cargo de las actividades de formación nos presentó a los guardias, la enfermera y a todo el personal de la prisión. A continuación, nos llevó a la sala donde se iba a realizar el curso. Uno de los internos, que ya nos estaba esperando, se ofreció a ayudarnos con el material audiovisual y a tenerlo todo preparado para la sesión.

Al principio, solo se presentaron cinco reclusos. Esperamos hasta que se formó un grupo de 10. Entonces hicimos una breve presentación sobre el PEP y mostramos varios vídeos cortos, entre ellos La paz interior, que contiene entrevistas a los internos de la prisión estatal Domínguez en San Antonio, Texas, y cuyas vidas se han transformado por completo después de asistir a clases del PEP. Los participantes en la sesión estuvieron muy concentrados y todo se desarrolló en absoluto silencio. Uno de ellos estaba muy enfermo y salió de la habitación en silencio. Al final de la sesión, todos los demás se inscribieron en el PEP.

La directora pidió a los internos que difundieran estas nuevas clases de educación para la paz. Ellos aceptaron y prepararon folletos informativos sobre los 10 temas acerca del conocimiento de uno mismo que Prem Rawat describe en los videos del PEP. La directora estaba muy sorprendida por su entusiasta respuesta y dijo que ella también quería asistir a las clases del PEP. Luego dijo: «Por favor, venid conmigo, quiero que veáis algo».

87eb764f82ccdded14e8bcc9a754aab6Nos llevó a otra sala donde los internos hacían trabajos manuales y nos enseño un dibujo grande que habían hecho de un gran árbol con unas raíces muy fuertes. La directora nos interpretó lo que el árbol representa: «Para ellos, una raíz fuerte representa mantenerse conectados a la vida».

En el lado izquierdo del árbol, los presos habían escrito sus diferencias en pequeños trozos de papel, y a la derecha, sus semejanzas. Los trozos de papel se habían colocado por las ramas, de forma muy artística, y parecían hojas. El lado derecho tenía muchas más hojas. También habían colocado notas escritas a mano alrededor del árbol, en las que expresaban sus aspiraciones. Algunas eran: el conocimiento de uno mismo, la felicidad, la gratitud, y la posibilidad de elegir. Nosotros nos sorprendimos mucho porque esos son los temas que Prem explora en los vídeos, y estos internos ni siquiera habían oído aún hablar del PEP.

A medida que avanzaban los talleres, íbamos recibiendo una gran respuesta de los participantes. Uno de ellos dijo: «Este programa es increíble. Si hubiera escuchado esto antes de haber cometido un delito, no estaría aquí, seguro». Esta declaración se hace eco de lo que otros participantes del PEP han dicho en cárceles de todo el mundo.

Uno de los asistentes al curso comentó que había sido consciente de esta paz cuando era niño. «Escuchar esto me ayudará, sin duda, a ser más feliz», dijo otro.

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A petición de los internos, el último día del PEP hablamos con la directora de formación sobre la posibilidad de continuar. Todos los miembros del equipo nos sentimos honrados y agradecidos por la experiencia vivida en la prisión. Estábamos especialmente inspirados por el coraje, el respeto, la humildad y la esperanza mostrada por los internos.

Uno de los participantes, con un título en ingeniería, siempre se sentaba en la primera fila y se mostraba muy concentrado. Él ha aportado material a un libro sobre viajes que ha recibido un premio, y en el que escribió sobre su viaje interior. Durante el curso expresó su firme convicción acerca de la necesidad de una educación para la paz cuando dijo: «Para un programa de esta amplitud y profundidad, 10 talleres no son suficientes para mí. Voy a necesitar mucho más, tal vez el resto de mi vida».

Imagen principal: Ana Margarida Seixas. Resto de fotos: J. Carlos

 

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