Rives McDow comenzó su labor como voluntario para la TPRF en el año 2003; desde entonces, ha desempeñado diversas funciones dentro de la entidad, la más reciente, en el área de distribución de materiales. Rives vive con entusiasmo su faceta profesional y su tiempo libre, tal y como nos revela en esta entrevista.
TPRF: Por favor, describe tu papel actual como voluntario.
RM: Estoy al cargo de la distribución de materiales en formato electrónico, sobre todo videos de la TPRF y folletos, que son usados por los voluntarios para recaudar fondos y concienciar sobre la labor de la Fundación. Estos materiales están traducidos a un buen número de idiomas.
TPRF: ¿Puedes explicarnos algo acerca de tu experiencia profesional?
RM: He realizado muchos trabajos en materia de investigación y desarrollo, incluidos los derechos de autor y las marcas registradas. En la actualidad, trabajo como consultor de empresas de energías renovables, elaborando planes de negocio y financieros y gestionando recursos financieros. Mis conocimientos en este ámbito me han permitido asistir a la TPRF en temas de derechos de autor.
TPRF: Has estado involucrado durante más de una década en la TPRF, ¿puedes ofrecernos tu perspectiva acerca del desarrollo de la Fundación?
RM: La mayor diferencia para mí, es el cambio que ha habido en las prestaciones, que inicialmente eran remuneradas. Este cambio ocurrió en 2009. He realizado trabajo remunerado y como voluntario, y disfruto más de este último, ya que siento que el esfuerzo de voluntariado procede del corazón, y es una experiencia diferente a la del trabajo retribuido.
TPRF: ¿Qué te motivó a ejercer como voluntario para la TPRF?
RM: Son varios los factores. Disfruto mucho en el área de distribución de materiales. Puedo hacer uso de las diferentes capacidades que he desarrollado como empresario y de mis talentos naturales. Encuentro también, que formar parte de un equipo es muy estimulante y una fascinante experiencia.
Por ejemplo, la labor en equipo me enseña que, quizás, en ciertos aspectos, yo no sabía tanto como imaginaba. Muchas veces, me emplazan para comenzar un proyecto. Me gustan los desafíos y no tengo miedo al fracaso, pero en ocasiones tengo un exceso de confianza, y eso puede ser negativo si no me doy cuenta.
Una vez que el proyecto está en funcionamiento, la gente suele colaborar en las áreas en las que tienen experiencia. Cuando esto sucede, me mantengo al margen y dejo que los «expertos» hagan su labor.
Es muy agradable ver crecer al equipo y ver que toma vida propia, también disfruto aprendiendo de otros miembros del equipo.
Creo que es muy importante para la gente elegir el rol de voluntariado que se ajusta a su experiencia y a sus destrezas. Si te gusta cierta actividad y se te da bien, es muy probable que disfrutes más de ella que de otras al realizarla como voluntario.
TPRF: ¿Cómo encuentras tiempo para ser un consultor autónomo y contribuir con ocho o diez horas a la cada semana como voluntario?
RM: Marco los límites entre mi trabajo y mis actividades como voluntario, y mantengo las prioridades. Me aseguro de reservar el tiempo suficiente para el proyecto en el que estoy involucrado, y mantengo las distracciones al mínimo. En la TPRF hemos desarrollado un equipo de voluntarios muy competente, procedentes de diferentes puntos del mundo, que hacen que los proyectos discurran con fluidez.
TPRF: ¿Dispones de tiempo par tus aficiones?
RM: Disfruto con la cerámica (dando forma a las vasijas y creando esmaltes), la geología (y coleccionar piedras), la ebanistería (creando cuencos de madera), y el trabajo en mi taller (micromecanizado de aparatos diminutos). Realizo mucho trabajo intelectual y me gustan las actividades físicas que me ayudan a despejarme.
TPRF: Rives, debo decir que realmente eres una persona asombrosa.
RM: Gracias, sin comentarios.











