Sherry Weinstein, directora del Programa para la Educación de la Paz (PEP), comparte con nosotros una interesante historia sobre la presentación del PEP en la Cárcel Estatal San Quentin en California.
Esta es una historia de dedicación y manifestación del potencial humano.
Sue Patrick es una enfermera que ha trabajado en la cárcel de San Quentin durante más de 20 años.
Hace quince años que empezó a escuchar las conferencias de Prem Rawat, y desde entonces, ella y su amiga, Carole Díaz, habían querido llevar el mensaje de paz de Prem Rawat a los reclusos. Y lo hicieron.
En 2007, el director de Educación de San Quintín, aprobó la emisión de la serie de conferencias “Palabras de Paz” a través del SQTV, el canal de televisión de circuito cerrado de la prisión. Cuando se inauguró la nueva biblioteca, Sue donó ejemplares de la biografía de Prem Rawat “La paz es posible” y ejemplares de la revista ADI, con extractos de sus conferencias internacionales. En 2011, Sue y Carole donaron dos nuevos discos duros externos Hitachi a la SQTV, para implementar mejoras en la estación de TV.
San Quintín es la prisión más antigua de California, con una población de 5000 internos, y la mayoría disponen de una TV en sus celdas. 700 de ellos están en el “Corredor de la muerte”, el resto son condenados a cadena perpetua, a quienes se les denomina “Lifers.”
Carole, a quien conozco y aprecio mucho, me llamó hace un año, para decirme que ella y Susan querían impartir un curso del PEP en la prisión. Formaron un equipo que incluía a Ted Wright y a Rik Penn como monitores.
Al mismo tiempo, en el periódico de la prisión, el “San Quentin News” —confeccionado completamente por internos— con uno o dos asesores externos, deseaban entrevistar a Sue. Ella es muy querida por su atención individualizada a cada persona y por su trato respetuoso. En lugar de la entrevista con Sue, el equipo tenía otro plan e hizo una propuesta alternativa
“Tengo algo mucho mejor —dijo Susan—podéis entrevistar a la directora del Programa de Educación para la Paz”. La idea era, además de realizar la entrevista para el periódico, tener un artículo sobre el PEP y anunciar un programa de presentación en el auditorio grande, donde los internos pudieran inscribirse.
Costó seis meses conseguirlo, pero finalmente tuve vía libre. Sin difundirlo mucho, nos dieron fecha para el programa, 22 de febrero, de 9 a 10 horas de la mañana. El equipo me lo comunicó la noche anterior. Tuvimos una estupenda reunión para hablar sobre el PEP, y me alojaron en un bonito hotel cerca de San Quintín que, irónicamente, se encontraba en un maravilloso lugar rodeado de agua.
A la mañana siguiente nos encontramos con Sue en la cárcel a las 8,30 h. Carole esperaba fuera y Sue me escoltó para pasar primero un control, atravesar algunos edificios para llegar al patio, pasando por medio de una pista donde un montón de tipos jugaban a baloncesto (todos se paraban para saludar a Sue), y llegar por fin hasta el remolque donde el personal del periódico se había reunido para realizar la entrevista. Esperaba encontrarme con dos o tres colegas que se sentarían a mi lado; sin embargo, me encontré con el “gremio completo” del periodismo, 25 hombres y una mujer, ésta última consejera externa del periódico.
Habían instalado para mí un estrado y un micrófono. Un equipo filmó la entrevista para la TV. Hablé sobre el PEP, aunque realmente hablaba desde mi corazón; sobre el programa y la forma en que Prem Rawat ve la belleza y el valor de cada persona, mencionando sus visitas a otros centros penitenciarios.
¡Los periodistas tomaban nota de cada palabra que decía! Cuando mencioné los diez temas, me pidieron que los nombrase despacio para que así pudieran apuntarlo todo… La paz, la apreciación, la fuerza interior. A medida que hablaba, ellos iban sonriendo, inclinando sus cabezas, totalmente enfocados, absortos.
Entonces, en un momento dado, se les dijo a los que tomaban notas que podían hacer preguntas y muchos de ellos levantaron la mano. Me preguntaron cómo fue mi implicación, cómo empezó Prem Rawat a hacer esto, en qué se diferencia de una religión, en qué se diferencia el mensaje de Prem Rawat de la de Deepak Chopra, si se puede comparar con la “Ifa” —una antigua filosofía africana que celebra la energía vital que está dentro de cada uno—.
Al final alguien hizo una pregunta sobre religión, era un respetado anciano que dijo: “¡Yo he leído artículos sobre Prem Rawat y puedo deciros que esto no es una religión. Este hombre es muy inspirador!”
Entonces finalizó el evento. La mayoría de las personas se fueron y el asesor y el editor adjunto me dieron las gracias de corazón por haber venido. Dijeron estar muy interesados en el programa PEP, que estaban recortando en seminarios que se parecían unos a otros, pero que deseaban lanzar un nuevo proyecto y les gustaría que el PEP formara parte de él. Me preguntaron si podría volver en marzo y hablar con el grupo que lo iba a poner en marcha. Les mencioné a Sue y a su equipo pero quisieron que también estuviera yo.
A medida que nos íbamos alejando Sue y yo, me iba sintiendo totalmente transformada por estas personas; un hombre joven que había estado sentado en la primera fila me abordó. Me preguntó si era posible conseguir que Prem Rawat asistiera, el día 11 de mayo, a la sazón Día de la Paz, a un tradicional día en la prisión, con conferenciantes y mucha difusión.
Cuando le dije que la agenda para esa fecha ya estaba programada, pero que podría ser al año siguiente, si había un Programa de Educación para la Paz y personas que apreciaran su mensaje, el joven respondió: “¡Yo voy a trabajar en ello y conseguiré traer el programa y a Prem Rawat para que hable aquí el año que viene! Voy a hacer que eso ocurra”.
Entonces le pedí que pusiera por escrito una pregunta que había hecho durante la entrevista y el la repitió:
¿Dirías que un resumen de tus palabras sobre la diferencia entre lo que Prem Rawat ofrece y una religión, es que la religión prescribe una forma de vida y da unos preceptos que cumplir, mientras que con las enseñanzas de Prem Rawat, aprendes quién eres, y a partir de esa sabiduría, puedes mostrarte a ti mismo cómo vivir?”
No podría estar mas de acuerdo.
Desde entonces se habló del PEP por toda la prisión y ahora 120 internos se han apuntado a las clases, incluso antes de que el artículo haya salido en el periódico (se espera que se publique en abril).











