La libertad está en el interior

El centro correccional de Malmesbury está situado a unos 80 km de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Con la rehabilitación como su piedra angular, ofrece muchos programas sociales a los internos, que incluyen la educación formal, el desarrollo de habilidades, deporte y actividades recreativas, cultura, artes y programas espirituales. En la unidad cinco de este entorno de máxima seguridad, una división donde se encuentran los detenidos en prisión preventiva y en libertad condicional, el Programa de Educación para la Paz (PEP) de la Fundación Prem Rawat ha dejado huella.

El 5 de junio de 2014,  tuvo lugar la entrega de los certificados de asistencia a la primera promoción del PEP en el centro. El maestro de ceremonias y coordinador, Terry Maguire, dio una cálida bienvenida a los 30 participantes, a los funcionarios de la prisión y a los guardias. Después de la proyección de un DVD de presentación, Terry invitó a los internos a que compartieran lo que para ellos había significado participar en el Programa de Educación para la Paz.

Veinte personas expresaron su inmensa gratitud por el mensaje de Prem Rawat, y también para el equipo que de forma consistente, que con su integridad, cuidado y consistencia, lo había hecho posible. La apreciación por la vida y por la oportunidad de comprender el valor de la capacidad de elegir y de tomar decisiones, fueron el tema central de todas las expresiones.pep_malmesbury_building

Uno de los internos refirió su impresionante historia personal. Contó que recientemente había vuelto a los tribunales para revisar su caso. Había casi llegado a convencerse a sí mismo de su inocencia, puesto que no hubo testigos de su delito. Preparó muy bien su defensa; pero, mientras esperaba para declarar, recordó todo lo que había aprendido gracias a Prem Rawat y a las clases del PEP, y decidió no mentir sobre su inocencia. En consecuencia, fue enviado de nuevo a cumplir el resto de su condena.

De vuelta en la cárcel, de pie delante de sus compañeros del PEP con los brazos abiertos y una voz humilde, dijo: «No me arrepiento. Nunca en mi vida me he había sentido tan libre como ser humano. La libertad está dentro de mí; me siento en paz. La libertad está dentro de mí, no por ahí fuera. De ahora en adelante voy a vivir de manera diferente, y voy a tomar mejores decisiones».

Cathleen Februarie, coordinadora del área de gestión de la costa oeste para el desarrollo y atención de servicios penitenciarios, señaló que se trataba de una historia sin precedentes, un signo de integridad y de profunda transformación.

El centro de Malmesbury  recomienda ahora continuar con el PEP para que se beneficien los internos de todas las divisiones.

 

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