Después de sufrir graves problemas de visión durante mucho tiempo, Motilal necesitaba ayuda. Este señor de 72 años, residente de Uttar Pradesh, en el norte de la India, no podía reunir el dinero suficiente para pagar una consulta médica. Pero recientemente, él, junto con otros miles de habitantes de zonas rurales, recibieron atención gratuita en una clínica oftalmológica patrocinada por la Fundación Prem Rawat (TPRF).
Los lentes y los medicamentos que Motilal recibió allí le cambiaron la vida: «Parece que, en mi vejez, tengo un nuevo cuerpo . Gracias a todos», dijo.
Este invierno, la TPRF se asoció con otras dos organizaciones sin ánimo de lucro —Fundación Premsagar y Raj Vidya Kender— para ayudar a 7519 personas que no podían permitirse una revisión de la vista. En cada uno de los cuatro estados del norte de la India, se llevaron a cabo campañas de revisión ocular de dos días de duración. Algunas personas caminaron hasta 25 kilómetros en busca de ayuda. Los pacientes fueron recibidos con los brazos abiertos por los optometristas y oftalmólogos que, de forma voluntaria, distribuyeron 4637 lentes graduadas y 5381 paquetes de medicinas para los ojos. También se diagnosticaron cataratas a 1002 personas, que fueron derivadas a los hospitales públicos para recibir tratamiento adicional.
La TPRF ha patrocinado clínicas oftalmológicas como estas durante los últimos 12 años en la India, que tiene la dudosa distinción de contar con la mayor proporción de personas ciegas en el mundo. Alrededor del 90 % de los aproximadamente 285 millones de personas que sufren de discapacidad visual en todo el mundo, viven en la pobreza, según la Organización Mundial de la Salud.
La buena noticia es que aproximadamente el 80 % de los problemas oculares se pueden prevenir y curar, gracias a los modernos tratamientos que proporcionan las clínicas de la TPRF. Este invierno, las expresiones de gratitud de los pacientes fueron muy numerosas. En el estado de Rayastán, Deepa Tiwari expresó su asombro ante el poder de la medicina y de las lentes que recibió para mejorar su vida: «Ahora puedo ver», dijo con una sonrisa radiante en su rostro.
Para el Dr. Binod Kumar, uno de los médicos voluntarios, ese tipo de sonrisa era suficiente para compensar las largas jornadas de trabajo. Estas fueron sus palabras: «Me ha gustado mucho esta clínica y estoy muy agradecido. Espero que iniciativas como esta se organicen de nuevo».











