La mayor parte de las expresiones que publicamos en este blog son de los niños que se benefician de las instalaciones de Food for People (FFP) (Alimento para la gente) en Bantoli, India y Tasarpu, Nepal. Los siguientes testimonios provienen de padres y profesores de los niños atendidos en las instalaciones de Tasarpu y remarcan los beneficios que han obtenido gracias al programa, los estudiantes, sus familias y la comunidad en general.
Chandra Bahadur Tamang (53 años) padre de cuatro niños que estudian en el colegio Shri Adarsha de secundaria y acuden a las instalaciones con regularidad. Chandra es propietario de una pequeña tienda en el poblado de Damechaur:
“En el poblado de Tasarpu, nuestras cosechas apenas dan para sobrevivir durante seis meses y tenemos que buscarnos el sustento en otras poblaciones, el resto del año.
“Estamos muy contentos de que la Fundación haya comenzado el programa en este poblado, cuya situación es muy dura. Antes de su apertura, nos resultaba muy difícil enviar a los niños al colegio y no podíamos realizar nuestras labores ya que teníamos que atenderles y alimentarles aunque tampoco disponíamos de mucho para darles.
“Ahora que el programa está en funcionamiento, de lo único que tenemos que preocuparnos es de que lleven un uniforme. Cuando llegan a las instalaciones, se lavan las manos y los pies y recogen la comida caliente que les han preparado. Como los niños han adquirido el hábito de lavarse antes de las comidas, prestan más atención a la higiene y a los temas sanitarios.
“Gracias al FFP, ahora disponemos de más tiempo para las labores del hogar y los niños acuden a la escuela puntualmente y ha mejorado su rendimiento académico. Estamos muy contentos con el programa alimenticio y deseamos que continúe. Nos gustaría agradecer a la Fundación de todo corazón”.
Saili Bal Tamang es la madre de unos niños que acuden a las instalaciones de Nepal. Trabaja como agricultora en el poblado de Pokharichaur, a una hora de ascenso desde el centro de FFP.
“En Pokharichaur los aldeanos tienen comida durante solo tres o cuatro meses al año. Antes de la apertura del centro de FFP, los niños no acudían al colegio ya que ayudaban con el ganado y los más pequeños tenía que cavar hoyos en el campo. La gente no prestaba atención a la educación. En los pueblos, los niños atendían a las labores del hogar en lugar de ir al colegio.
Cuando abrieron las instalaciones de FFP en Tasarpu, todos los niños del poblado comenzaron a ir al colegio.
“La Fundación dijo que los pequeños debían acudir al colegio y los tutores poco a poco comprendieron la importancia que eso tenía. Cuando los niños comenzaron a recibir arroz cocinado en las comidas se pusieron muy contentos. Antes de acudir al centro de FFP, tenían que comer Gundruk y Dhindo, un alimento que los pobres toman en Nepal diariamente. Tan solo la gente rica o acomodada tenía la oportunidad de comer cereales y verduras en su dieta diaria antes de que el FFP comenzara su labor.
“Antes de su apertura, los niños asistían a clase solo dos veces a la semana, pero ahora, van los seis días y se daban muchos casos de diarrea debido a la falta de higiene, pero ahora apenas se dan algunos. Me gustaría mucho agradecer a la Fundación y al FFP”.
Binita Lama Tamang es profesora de primaria en la escuela de secundaria Adarsha en el poblado de Damechauralso, escuela de la que antes fue alumna.
“La principal actividad de estas comunidades es la agricultura. El cultivo tan solo produce una cosecha que nos dura seis meses. El maíz, la patata, coliflores, alubias, etc. son los productos más cultivados y las cabras y búfalos, el ganado más habitual.
“Antes de que comenzara el centro de FFP, la escuela impartía clases solo hasta el séptimo grado y ahora las ha aumentado hasta el décimo. Antes, los niños tenían que portar el agua hasta las viviendas, acarrear hierba para el ganado y realizar otras labores antes de ir al colegio y de esta manera, siempre llegaban tarde. Los profesores les gritaban por esa razón y les decían: “Muestra los dientes con los que has masticado el Gundruk.”
“Desde que se instaló el centro del FFP, los niños empezaron a comer bien, comida nutritiva que contenía arroz, daal (cereales) y verduras. Debido a esto, acuden al colegio con regularidad y a su hora. Además de los beneficios que han recibido los estudiantes, los ancianos que acuden a comer al centro, también están más contentos más sanos y aseados.
“Así que, me gustaría dar las gracias a la Fundación Prem Rawat desde los más profundo del corazón y desearía que se extendiese también a otros lugares”.
Fotos por cortesía del personal de Premsagar











