De la amargura al agradecimiento

Tomás del Arco tiene una Licenciatura en Filología Inglesa y está preparándose para ser logopeda. Reside en Pamplona, España. Tomás comenzó su labor como voluntario para la TPRF en marzo de 2011.

Situada en el extremo occidental de la península, y a poca distancia de su vecina Portugal, Don Benito es una ciudad española con una población que supera los 35 000 habitantes, a 50 kilómetros de Mérida, conocida por el teatro romano Patrimonio de la Humanidad. En este enclave natural reside Luis Mariano Rojo, quien ha dedicado casi toda su vida a asistir a las personas con drogodependencia.

Mariano_EstherMariano trabaja en el Centro de Desintoxicación y Reeducación Emocional «Tu Paz es Posible» como educador sociocultural junto a Esther López, trabajadora social del centro, donde se imparte el Programa de Educación para la Paz (PEP) de la Fundación Prem Rawat (TPRF), como parte de la terapia de reintegración a la sociedad.

Coordina también, como voluntario, los talleres del PEP que se muestran en el Centro Cívico de la localidad, en sesiones de mañana y tarde, y en la Casa de Cultura de Santa Amalia, localidad vecina. Semanalmente, un promedio de 40 personas asisten a los talleres en los tres centros. Recientemente tuve la posibilidad de entrevistar a Mariano por su labor como voluntario del PEP:

LMR: He sido testigo del cambio que el PEP ha producido en la vida de muchas personas y, en especial, en aquellas que se encuentran sumidas en el desarraigo social, familiar y personal y acuden al centro de rehabilitación. Los talleres les permiten descubrir una fortaleza interior de la que no eran conscientes y, como consecuencia, valoran más su propia vida.

Esther

TA: ¿Puedes comentarnos algún momento especial relacionado con los estudiantes que asisten al centro?

Mariano nos muestra con emotiva satisfacción un vídeo grabado en el Centro Cívico, donde Rafael, exparticipante del centro de rehabilitación y su madre Aurora se expresan con las palabras que a continuación reproducimos:

Rafael: En principio mi agradecimiento, sobre todo a Prem Rawat, porque gracias a él, sinceramente, yo estoy aquí.

Lo que sí tengo claro a estas alturas de mi vida, es que yo sabía lo que era sentir la alegría y la paz en mí mismo y, como consecuencia de la vida, no sé cómo, lo perdí y pasé a vivir una vida llena de una amargura tremenda, fracaso y destrucción.

No sabía cómo encontrar de nuevo todos esos sentimientos que yo tenía y tanto anhelaba.

Digo otra vez que, gracias a Prem Rawat, vuelvo a tener esa alegría, esas ganas de vivir, esas ganas de luchar. Y digamos que es una alegría mutua para mi madre y para mí. Mi madre me ve bien, con esas ganas de vivir, porque yo he sido siempre una persona alegre, divertida, bromista, pero en una época en mi vida, no sé cómo, se fue.

Aurora: Nuestra casa era una casa alegre, se vivía bien gracias a Dios. Pero se perdió toda la esperanza, porque la depresión es una enfermedad mala que afecta a toda la familia y lleva a todos a la tristeza. Ahora, la verdad, me siento bien, me siento feliz, porque él es una persona alegre. Estamos todos bien y, gracias a Dios, muy contentos.

La vida en esta apacible población continúa. Gracias a la labor de varios voluntarios, un día cada semana, un grupo de personas tendrán la oportunidad de descubrir la paz a través del programa que ya ha mejorado la vida de miles de personas en todo el mundo.

 

Centro Cívico (Tarde)

Fotos por cortesía de Tu Paz es Posible

 

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