Alex Wiredu ha asumido la fascinante labor de conocer la historia y el día a día de las personas que sirven la comida en en el centro de Food for People (Alimento para la gente, FFP), que comenzó a funcionar en Otinibi, Ghana, el 15 de mayo de 2012. El ayudante de Alex, Francis, es un fotógrafo que ha documentado el desarrollo del FFP en Otinibi, desde la adquisición de la tierra hasta su apertura. En breve, un equipo de filmación entrevistará a los participantes del FFP, o la ‘cantina’, como es conocido en el lugar. Lo que a continuación sigue es solo el comienzo de una historia que continuará.
Regresé de nuevo al poblado junto a Francis el 7 de mayo para elegir a las personas que debíamos entrevistar y para hacer que empezaran a acostumbrarse a la presencia de las cámaras. Cuando llegamos a las dependencias, eran cerca de las 11 de la mañana, las cocineras estaban preparando banku, un alimento regional elaborado a base de maíz fermentado y masa de yuca y servido como plato principal.
Accedimos a la casa del anciano de 94 años, Dorfur Tetteh, para saber cómo se encontraba. Al dirigirnos a su casa, le vimos sentado a la sombra de un baobab disfrutando de la brisa del mediodía. Nos ofreció unas sillas y a continuación entablamos una conversación. Desconocíamos que fuera el sacerdote jefe del poblado, hasta que comenzó a contarnos su historia y, de paso, explicarnos cómo se creó el poblado de Otinibi.
Francis pregunto de dónde procedían los primeros habitantes y Dorfur comenzó su narración: “La tribu Ga estaba formada por seis clanes: Osu, La, Ga, Teshie, Nungua y Tema. Todos ellos vivían a los largo de la costa de lo que hoy en día es Accra y su principal ocupación era la pesca.
Cansados de que la principal comida fuera a base de pescado, y de que las pequeñas rencillas complicaran la situación, un grupo de tres hombres y una mujer iniciaron un viaje hacia el interior. Estos son sus nombres: Adjei Kweigyanmansa, Sowah Okumose, Nii Ayi Ampah y su hermana, Atwe. Eran pescadores que necesitaban un cambio.
Durante meses, prosiguieron su marcha hacia el interior, evitando los matorrales. Con el tiempo encontraron una balsa natural, casi un pequeño lago. Conocedores de que el agua era vital para su supervivencia, acamparon cerca del lago en una tierra a la que hoy día llaman Otinibi.
Debido a que el lago nunca se secaba, incluso en la estación harmattan (viento seco), lo consideraron un dios, y lo veneraron, ya que llegó a ser la fuente de su sustento. Sowah y Kweigyanmansa, compartieron el puesto de jefe. Nii Ayi Ampah llegó a ser el sacerdote jefe y yo soy el tercero de esa línea de sucesión. Esa es la razón por la cual tuve la autoridad para aconsejar a nuestro recién fallecido jefe, y ofrecer la tierra para las instalaciones.
Así que le preguntamos de dónde procede el nombre de ‘Otinibi’, y Dorfur nos explicó: “Cuando llegaron los cuatro primeros al lago, había una colina adyacente que estaba tan deforestada que la llamaron eti a eni nwin, que significa: ‘una cabeza sin pelo’. Con el paso del tiempo el nombre ha cambiado a Otinibi”.
Cuando le preguntamos por el tipo de trabajo que realizaban una vez instalados, contestó: “La agricultura, por supuesto. Cultivábamos maíz, yuca, cocoyam, plátano y otras verduras. Los días de mercado intercambiábamos nuestra cosecha por pescado u otros productos”.
Cuando le preguntamos acerca del trabajo de hoy en día, nos contestó un tanto apesadumbrado: “Es una pena lo que la modernidad nos ha traído. Antiguamente, podías comer en la choza de tu vecino sin problema alguno, pero la gente de hoy día se ha vuelto tan codiciosa que ya no lo comparten con sus vecinos. Si lo hacen, la mínima provocación, la usarán para insultarte. Es por eso por lo que estoy muy contento de que esta cantina esté en mi pueblo. Ahí puedes comer tranquilamente sin pensar en la consecuencias”.
“Estamos muy contentos de tener esta cantina en el pueblo. Las palabras no pueden expresar todo lo bueno que ha traído a este pueblo”.
Fotos por cortesía de Francis Ahore











