Una tarde de oro: Fiesta en el Jardín Dorado

La lluvia no consiguió humedecer los ánimos de los asistentes al evento celebrado este mes por Rachel y Ron Clearfield en su encantadora casa de los Apalaches, cerca de Asheville, Carolina del Norte, para recaudar fondos en apoyo del programa Food for People (Comida para la gente, FFP). Es la novena vez que se celebra esta fiesta y se recaudaron 9300 dólares que servirán para asegurar una comida nutritiva y diaria a los niños más necesitados de India, Nepal y Ghana.

Garden Party

Ron y Rachel Clearfield

El matrimonio trabajó junto con muchos comerciantes locales y voluntarios en la organización del evento en el cual, además de una deliciosa comida india servida en el jardín, cuajado de preciosas amapolas, varios músicos interpretaron distintas piezas.

Afortunadamente un comerciante local apoyó la fiesta facilitando una carpa grande a un precio muy económico y así los asistentes pudieron guarecerse de las ocasionales lloviznas.

«La fiesta fue muy bien, teniendo en cuenta el tiempo. La gente lo pasó muy bien, dondequiera que miraras, veías a gente sonriendo y disfrutando del día». Nos dijo Raquel, que añadió: «Este jardín es curativo, levanta el ánimo de la gente». Raquel, una conocida artista, expuso sus cuadros y joyas entre las flores y donó un porcentaje de sus ventas al FFP. «Ha sido uno de nuestros mejores años», dijo Ron, un conocido músico y director de orquesta jubilado.

Un donante anónimo planteó que aportaría 4000 dólares si las donaciones alcanzaban esa cifra y otro hizo lo mismo con la cantidad alcanzada en la rifa, 930 dólares. Junto con los 20 dólares que se sugerían como entrada a la fiesta, varios fabricantes locales ofrecieron gratuitamente sidra y cerveza, cuya venta aumentó la cantidad total. El pianista Richard Shulman tocó varios solos de música ambiente y por otra parte la actuación de Thea & The Greenman and Celestially Rooted logró que los asistentes más atrevidos se pusieran a bailar.

Organizar esta fiesta supone mucho trabajo, pero Rachel y Ron, que están semijubilados, dicen que les encanta hacerlo. «Nos da un propósito —dice Ron—. Tienes que hacer algo con tu vida, y para nosotros esto es una parte importante de lo que hacemos. Nos gusta mucho».

Ya están planeando la del año próximo que será el décimo aniversario. Y han aprendido algo: «¡Siempre hay que tener una carpa grande!» dice riendo Rachel, y Ron añade: «¡Qué no pare la fiesta!».

 

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