Los cursos sobre la paz devuelven la esperanza

El equipo de voluntarias formado por Marcela Isaurralde, Silvia Acosta y Edith Lombardia han trabajado incesantemente para llevar el mensaje de paz a las internas de la cárcel de Ezeiza, situada a 50 kilómetros de Buenos Aires, Argentina. El equipo ha organizado los cursos en vídeo de “Palabras de Paz” en los que Prem Rawat da conferencias traducidas al español, y ha facilitado también material impreso publicado por la Fundación Prem Rawat (TPRF, por sus siglas en inglés).

El curso de “La Paz es Posible” que se imparte en la unidad 31 comenzó en 2006. Aunque la mayoría de las asistentes empezaron por curiosidad, con el paso del tiempo, muchas de ellas han terminado asistiendo a las clases de manera continuada durante semanas, meses, e incluso años.

Internas disfrutan de la clase de educación para la paz

Desde entonces han transcurrido ya cinco años y, para algunas internas, ha llegado la hora de regresar a sus hogares. Antes de su salida, nos agradecieron, una y otra vez, por haber llevado el mensaje de Prem Rawat a la prisión. Cada una de ellas parecía decidida a continuar escuchando y aprendiendo, y tenían el propósito de compartir el mensaje de Prem Rawat con sus familiares y amigos.

El mensaje de paz de Prem Rawat tiene un impacto muy profundo entre las internas. Es inusual escuchar acerca de la paz en un medio tan hostil, incluso el sentirla entre tanto dolor y desesperación. Algunas aprenden a hablar desde el corazón, a creer en él, y a arroparse en el mensaje de paz a pesar de estar rodeadas por sentimientos de odio y traición.

Resulta extraordinario para alguien que se siente destrozada, acudir a los cursos sobre la paz y tener la oportunidad de sentir el anhelo del corazón por estar contento, por sentir la paz, por experimentar la vida de nuevo.

He sido testigo de sonrisas y también he sonreído, sintiendo como emergía la belleza en un ambiente marcado por el miedo y el fracaso. Veo a mujeres a quienes el mensaje de Prem Rawat ha llegado y ha transformado su vida les he visto sentir la fortaleza y la esperanza que proporcionan sus palabras y experimentar la posibilidad de dejar atrás la pesada carga del odio y la desgracia.

Incluso aquellas a quienes el confinamiento les hace sentirse, desamparadas y sin esperanza consiguen sentir, de nuevo, sus corazones, de una manera libre y confiada. Hay una inmensa gratitud por tener la posibilidad de escuchar este mensaje de paz. Incluso aquellas que apenas saben escribir, realizan un gran esfuerzo para agradecer a Prem Rawat con mensajes que escriben con minuciosidad y que le hacemos llegar.

Tantas eran las que querían verle y hablar con él en persona, que las internas de la unidad 31 se unieron y le invitaron a dar una conferencia. Y parecía que la espera se prolongaba, esperaron y esperaron, con la confianza de que pudiera llegar ese día. Y ese día llegó, y todavía puede sentirse lo que supuso para ellas.

Como comentó una de las reclusas: “La gratitud es la memoria de nuestros corazones”.

*Fotos por cortesía de los voluntarios de la TPRF

Prem Rawat escucha la pregunta de una estudiante

 

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