Los voluntarios de la Fundación Prem Rawat están llevando el mensaje de paz de su fundador, Prem Rawat, hasta el interior de los muros de muchas prisiones alrededor del mundo. Reclusos, administradores de prisión y funcionarios han respondido de una forma calurosa, con gratitud y entusiasmo a la serie de televisión de Prem Rawat Words of Peace (Palabras de Paz) así como al material impreso.
La publicación, de reciente aparición, Sabiduría Ancestral contiene alentadoras historias sobre el potencial humano. Estas narraciones han llegado a ser muy conocidas tanto por los reclusos como por los funcionarios de prisiones.
Un presidiario de la cárcel municipal de Cancún decía esto sobre el programa: “El escuchar este mensaje ha cambiado totalmente mi forma de ser, de actuar y de pensar” Otro recluso comentó: “Me ayuda a crecer espiritual e interiormente. Me ha cambiado la vida dentro de la prisión, ahora disfruto más del tiempo y ya no quiero pelearme o discutir como antes”.
Chris Taney, Luis López y Clara López han llevado el programa como voluntarios en la prisión del condado de Maryland. Aquí está el comentario de primera mano sobre el Peace Education Program (Programa Educativo para la Paz)
La primera clase – Miércoles, 22 de septiembre de 2010
Las instalaciones de esta prisión se terminaron en 2005. Tiene una capacidad para un total de: 1.000 hombres, mujeres y adolescentes. La mayoría de los reclusos permanecen entre 60 y 90 días mientras esperan una sentencia firme.
Nos ha llevado casi un año y medio el que la administración de la prisión diese su visto bueno a las clases de Words of Peace. Después de varios aplazamientos, cancelaciones, entrenamientos, orientaciones, y otro tipo de retrasos, finalmente dieron luz verde al proyecto. Sin embargo, quedaba todavía un último escollo, nadie se había inscrito.
Enseguida nos dimos cuenta de que el anunciándonos mediante pósters y notificaciones no era suficiente. Así que Clara decidió ir a la prisión, hablar con los reclusos y compartir con ellos el contenido del programa. En su día libre, Clara acudió a la prisión y visitó las unidades familiares. Las primeras clases se impartirían en español, así que habló con los reclusos de habla hispana, a razón de 4 unidades diferentes al día. Y el resultado fue asombroso, 52 personas se inscribieron.
Aun cuando no todos los reclusos que se inscribieron acudieron al primer día de clase, los asistentes se mostraron muy interesados en la educación por la paz.
La primera clase tuvo lugar en un gimnasio con aspecto de caverna, con exceso de humedad y calor. Las sillas de plástico blancas estaban dispuestas en filas frente a un televisor bastante antiguo colocado sobre un carrito metálico. Asistieron doce reclusos.
Luis y Clara hablaron durante unos minutos y, a continuación, presentaron el primer video educativo, el cual estaba doblado al español. A pesar de que la calidad del sonido no era la mejor posible, los reclusos permanecieron quietos y concentrándose en la pantalla durante toda la sesión.
Una de las cosas que mejor recuerdo de aquél día es el intenso debate que se produjo al concluir el video. Uno detrás de otro fueron comentando su sentimiento tras la presentación. Antes de salir de la sala, pasaron por una mesa donde recogieron algo de material impreso para leerlo posteriormente en sus módulos. Había copias de la colección de Sabiduría Ancestral en español que Luis había impreso desde la página de Words of Peace Global y otros materiales.
El coordinador de voluntarios permaneció durante toda la sesión, y nos hizo saber que la próxima semana dispondríamos de una sala y un televisor nuevos, y así ocurrió.
La despedirse, los reclusos nos fueron dando la mano mientras repetían, ¡Gracias, gracias! ¡Nos vemos la próxima semana!
Conceptos sobre los reclusos
Una de las cosas que he aprendido acerca de la experiencia de paz de la que habla Prem Rawat es que es para todo el mundo. Mientras sintamos esta respiración, disfrutaremos de ella. Y no tiene nada que ver con el hecho de encontrarnos “dentro” o “fuera” de una cárcel.
Cuando comencé a sentir interés por llevar este mensaje a las prisiones, había también un cierto miedo que nacía de los conceptos creados sobre lo desconocido. Estaba llenando los espacios en blanco con imágenes creadas como consecuencia de ver demasiada televisión, en mis años de crecimiento
Mi experiencia al visitar las prisiones ha sido diferente a cualquier cosa que hubiera imaginado. No es como una película o serie de TV. Es más parecido a cualquier experiencia diaria como esperar detrás de una fila en el cine, la tienda de verduras o el departamento de tráfico. Estas son personas comunes que han sido arrestadas por alguna razón.
No es de mi incumbencia saber porqué están encerrados. Estas personas tienen una sed auténtica de paz, al igual que yo. Hay una luz genuina en su mirada cuando expresan su gratitud por las sesiones y el material impreso.
Mi vida se ha enriquecido conociéndoles.











