Agua para los habitantes de Etiopía

Recientemente, la Fundación Prem Rawat ha efectuado una aportación de 25.000 dólares a la agencia Relief and Development Organization (IRD) para apoyar el enorme esfuerzo que se está realizando para abastecer de agua potable a los 24.000 habitantes de las aldeas de Etiopía.

Esta semana tenemos la fortuna de contar con el testimonio Scott Webb sobre el terreno, para informarnos acerca de la situación de dos poblaciones en las que la IRD está trabajando para abastecer de agua potable a las personas más vulnerables de la región que bordea Somalia. Scott Webb está al cargo del programa de la IRD para la asistencia humanitaria.

El 1 de septiembre, visité siete kebeles, aldeas, a lo largo de Dollo Ado y Dollo Bay woredas, condados. Los administradores de esta woreda me informaron de que estas poblaciones son algunas de las más vulnerables y necesitadas de agua.

La falta de lluvia produce condiciones áridas.

Dollo Ado y Dollo Bay están situadas en el estado somalí al sur de Etiopía, bordeando la región fronteriza donde Kenya, Etiopía y Somalia se unen, cuyos habitantes son somalís. La mayoría de los refugiados somalís del lado fronterizo de Somalia están asentados en los campamentos de refugiados de ACNUR (Agencia de la ONU para los refugiados) en el interior y alrededores de Dollo Ado, que son la base de operaciones de todas las ONG que desarrollan su labor ayudando a los refugiados al sur de Etiopía.

Dollo Ado es, por tanto, un hervidero de gente, con trabajadores de las ONG en plena actividad supervisando y sirviendo comida a los refugiados y negociando con los vendedores que suministran sus productos a las ONG, desde material de construcción, combustible o agua embotellada hasta tarjetas de teléfonos móviles o café exprés.
Mientras que los refugiados llegan a Etiopía con sus desgarradoras historias personales de malnutrición y violencia de los Al-Shabaab, quienes controlan Somalia, las regiones que les acogen al sur de Etiopía, viven una sequía de consecuencias catastróficas, ya que en dos años apenas han caído precipitaciones.

Los somalís se dedican al pastoreo, y su modo de vida depende por completo de sus animales. Las familias viven en poblados asentados cerca de fuentes de agua que mana constantemente, tanto los hombres como los niños se dedican al pastoreo de ovejas, cabras y reses en los alrededores de la región en busca de hierba y agua. Los aldeanos subsisten a base de leche y compran su comida cuando venden los productos derivados de sus ganaderías, tales como leche, cuero o carne.

Esta forma de vida depende completamente de la lluvia, los apenas 200 a 400 milímetros de  precipitaciones que se registran al año sustentan a cientos de miles de habitantes, reverdecen las praderas y las hojas de los árboles, rellenan los abrevaderos y conservan las aguas subterráneas.

Los habitantes utilizan varios mecanismos para sobrellevar la escasez de lluvia. Una de las más efectivos es la excavación a mano de pozos y la construcción de burkits, que se asemejan a piscinas soterradas de cemento con tejados. En las intensas tormentas que normalmente se producen, el agua fluye hasta los burkits y se puede almacenar durante varios meses, hasta que las fuentes de agua tradicionales se secan.

El burkit de Bangol

Cada poblado cuenta con un comité del agua que consta de miembros elegidos de la comunidad (entre los que se incluyen mujeres) quienes ayudan a mantener de una forma equitativa e imparcial el abastecimiento a la población. En los pueblos que visitamos, en particular en Bangol, los burkits ya estaban secos a las 48 horas de nuestra visita.
Gracias al generoso apoyo de la Fundación Prem Rawat y de otros patrocinadores, la IRD ha podido ayudar a los habitantes de Bangol y a otras 15 comunidades de la región. Después de visitar la región, negocié junto a Abdulahi Muse la contratación de un camión cisterna con Egal Mohammed, compañía que dispone de una flota de camiones en la zona. El transporte de agua para la distribución a las poblaciones señaladas comenzó ese mismo día. Para el 7 de septiembre, a todos las aldeas, incluyendo Bangol, se les había suministrado 5.000 litros de agua para su almacenamiento, cientos de bidones extra y partidas de abastecimiento diario de agua potable.

El coordinador de emergencias de la IRD escucha a los habitantes de Bangol

 

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